Recuerdos de Marruecos
Cuando uno echa la vista atrás en
la historia del fútbol africano es inevitable acordarse de la Marruecos del
Mundial 86. El combinado marroquí lograba en aquella ocasión ser la primera
selección árabe en pasar una fase de grupos de un Mundial por delante de
Inglaterra, Portugal y Polonia. Sin embargo, los que, como yo; vamos viejos
pero no tanto; empezamos a escribir nuestra propia autobiografía sobre fútbol
marroquí en plena década de los 90. Tanto Estados Unidos como Francia, los
mundiales que marcaron mi infancia y gran afición por el fútbol, contaron con
la presencia de la selección norteafricana. Seguro que muchos aún recuerdan los
nombres de El Khalej, Nourreddine
Naybet, Chaouch, Hadji , Hassan
Kachloul; o los Chiba, Hadda Kamatcho, Chippo, Bassir, Ouakili o Rokki, que en
el 98 sólo quedaron fuera en los grupos por una tardía remontada noruega frente
a Brasil. Además, la relación de los internacionales marroquíes con la liga
española siempre fue interesante; no en vano, siete de los anteriormente
mencionados tuvieron periplos por el fútbol de nuestro país.
Pasó el Mundial de 98 y el mundo
no ha vuelto a ver a la selección marroquí en un Mundial. Los años de Henri
Michel, los de mayor estabilidad de la selección nacional terminaron en el
2000. Humberto Coelho pasó a ser el seleccionador marroquí y en la fase de
clasificación al Mundial 2002; el sorteo les emparejó en un grupo complicado,
donde Argelia y Egipto, rivales a priori complicados, se vieron superadas por
la mejor Senegal de la historia. El 14 de Julio de 2001, Senegal superaba a
Marruecos por 1-0 con gol de El Hadji Diouf y enterraba las opciones de Mundial
de un equipo aún integrado por las estrellas del 98.
La Copa África 2004 iba a
devolver a Marruecos a su lugar en el fútbol africano. De la mano de Badou
Zaki, la selección conseguía su segunda mejor posición histórica en el máximo
torneo continental (en 1976 había logrado el máximo entorchado continental),
con un segundo puesto frente a Túnez. Fouhani, Regragui, Naybet, Karkouri,
Roumani, Kissi, Ouaddou, Safri, Hadji, Mokhtari y el joven Chamakh fueron los
jugadores que estuvieron a punto de dar a Marruecos su primer título
continental.
Desde entonces, pocas luces y
bastantes sombras se han cernido sobre la selección: la participación en Copas
de África ha sido muy discreta (incluso, en 2010, quedó fuera de la misma); y
ni Alemania ni Sudáfrica contaron con la presencia mundialista marroquí. En Octubre 2005 de nuevo Marruecos se jugaba
todo o nada con Túnez como ocurriera años antes frente a Senegal. En su visita
al estadio de Rades, sólo valía ganar para lograr la clasificación. Chamakh
adelantaba a Marruecos con un remate a placer de zurda, empataba Túnez de
penalti y posteriormente Talal Karkouri tras un saque de esquina acercaba a
Marruecos al Mundial. En la segunda mitad, un centro envenenado desde la
izquierda no podía despejarlo Karkouri sobre la línea: Marruecos se volvía a
quedar fuera del Mundial en la jornada decisiva. Menos dolorosa fue la eliminación de 2010:
sólo tres puntos en un grupo compuesto por Camerún, Togo y Gabón y el
consiguiente adiós, como mencionamos anteriormente, a la CAN de ese año.
Últimos años de travesía por el desierto
Este contexto tan gris de la última
década se ha confirmado en los últimos años de la selección. Cada vez con mayor
potencial, la diáspora por toda Europa ha hecho surgir numerosos talentos de
raíces marroquíes en ligas potentes de Europa. En algunos casos, los jugadores
han decidido optar por otros colores, como el caso más reciente de Zakaria
Bakkali o, hace unos años, Nacer Chadli, que incluso había jugado un amistoso
con Marruecos; pero a la selección se han ido sumando jugadores como Boussoufa,
Carcela-González, Taarabt, Labyad o Belhanda; que, por nombre; convirtieron al
equipo marroquí en uno de los más atractivos del fútbol africano. El resultado,
sin embargo, no ha evolucionado en positivo. ¿Qué ocurre en el fútbol marroquí?
En Julio de 2010, la Federación
Marroquí se decantaba por el belga Erik Gerets para dirigir a una selección con
nombres cada vez más conocidos en el panorama futbolístico europeo. La fase de
clasificación a la Copa África 2012 no se complicó en esta ocasión y Marruecos
llegaba a la cita de Guinea Ecuatorial-Gabón como una de las favoritas para el
gran público. Al menos, sus jugadores eran conocidos y su frente de ataque no tenía
nada que envidiar a ninguna selección. En el grupo esperaban una Túnez
clasificada de rebote; la anfitriona Gabón y una de las selecciones más débiles
de la cita, Níger. El partido de Túnez era clave, pues la selección que perdiera
saldría muy tocada para el cruce frente a Gabón, anfitriona y a la que valdría
el empate. Marruecos perdió ante Túnez e hizo lo propio frente a Gabón. Difícil
de digerir una eliminación tan precoz teniendo en cuenta los jugadores que Eric
Gerets puso en liza en aquel torneo: Mehdi Benatia, Kharja, Boussoufa, Younes
Belhanda, Amrabat, Adel Taarabt, Carcela, Aissaidi o Marouane Chamakh; todos
con experiencia en el fútbol de primer nivel; habían sido sólo capaces de ganar
a Níger por la mínima. Pese al fracaso, hubo un voto de confianza a Gerets con
la Clasificación al Mundial 2014 por delante y una nueva CAN al año siguiente.
La primera fue en la frente: un empate en territorio de Gambia, dejaba a
Marruecos a merced de Costa de Marfil para el resto de partidos del grupo. Ni
la aparición de nuevos jugadores como Ait Fana o Abdel Barrada fue suficiente
para que Marruecos no sumase otro fracaso más. Pese al empate sobre la bocina
ante Costa de Marfil; la clasificación al Mundial se complicó en exceso. La era
Gerets no podía terminar de otra forma que no fuera un estrepitoso fracaso. En
la ida de la clasificación a la CAN, Mozambique derrotaba 2-0 a Marruecos
dejando con pie y medio fuera del torneo continental a los marroquíes. La
Federación actuaba por fin y el belga decía adiós a un proyecto que había sido
un fracaso absoluto.
Pese a que Badou Zaki partía como
candidato para ocupar el banquillo, iba a ser Rachid Taoussi el técnico que
cogiera los mandos de Marruecos. Un doble reto complicado tenía por delante:
remontar ante Mozambique y llegar con vida a la visita frente a Costa de Marfil
en la última jornada de clasificación hacia el Mundial. Entre los logros de Taoussi
estaban el Campeonato Africano juvenil de 1997 que consiguieron hombres como
Sektioui, Lembarki, Safri o Adil Ramzi; y el buen hacer con equipos locales
como el Maghreb Fés, con el que sorprendió en competiciones continentales
capitaneando una nave en la que destacaban Abourazzouk, Chitibi y Anas Zniti, a
los que no dudó en atraer hacia la selección. Además, había vivido de cerca
algunos de los mejores años de la selección, siendo técnico asistente de Henri
Michel. Su conocimiento del fútbol local llevó a una de las selecciones marroquíes con mayor
porcentaje de jugadores del Botola (primera división del país) de los últimos
tiempos. El 4-0 frente a Mozambique generó ilusión además de significar la
presencia de Marruecos en la fase final de la Copa África 2013 de Sudáfrica.
Pero pronto las polémicas salieron a flote entre los jugadores y el cuerpo
técnico, cobrando forma principalmente en el desencuentro entre el
seleccionador y el centrocampista Adel Taarabt. Estos problemas se iban a
tornar en la extrañísima convocatoria que Rachid Taoussi se sacó de la manga
para la cita de Sudáfrica. En casa se quedaron el propio Taarabt, Mbark
Boussoufa, Mehdi Carcela, Marouane Chamakh o el joven Zakaria Labyad entre otros;
entrando en la convocatoria varios jugadores del Botola prácticamente
desconocidos. Únicamente tres empates ante Angola, Cabo Verde y Sudáfrica
volvieron a mandar a casa a Marruecos en la primera fase.
Pero la gota que colmó el vaso de
la decadencia marroquí en los dos últimos años fue la visita en Marzo a
Tanzania: allí Marruecos enterraba toda opción de estar en el Mundial perdiendo
3-1 en un partido en el que la actitud de los jugadores rozó lo bochornoso; con
una convocatoria de nuevo muy extraña
protagonizada por Taoussi.
Sin Mundial, y con polémicas; el
crédito de Rachid Taoussi se ha agotado y esta misma semana se ha anunciado que
no continuará al frente de la selección, regresando a su anterior equipo, el AS
FAR (equipo de las fuerzas armadas marroquíes). El sustituto dependerá del
resultado de las elecciones en la Federación Marroquí. Según señala en su muro
“
Fútbol
Marroquí”, “
los dos candidados a la presidencia de la
federación tienen ya asignado el nuevo seleccionador. Si gana Faouzi Lakjaa, el
seleccionador será Aziz El Amri; mientras que el otro candidato, el presidente
del Wydad Akram, contratará a Badou Zaki
si es elegido como presidente de la nueva federación”.
Nuevos retos:
Sin partidos oficiales de
clasificación en los próximos meses (aún falta para empezar la clasificación a
la próxima CAN), el primer reto del nuevo seleccionador es devolver la armonía
a un grupo cuyo potencial no se puede dudar. Si el entrenador consigue volver a
reunir; y unir para la causa; a los Taarabt, Labyad, Aissaidi, El Hamdaoui,
Chamakh (que recupera poco a poco el nivel en Crystal Palace), Amrabat, El
Arabi, Obbadi, Adbel Barrada, Belhanda, Mehdi Benatia, Bergdich, El Adoua, El Kaoutari; y devolver a
la selección a Carcela, Boussoufa, Ait Fana o El Ahmadi; el roster de talentos que juegan en Europa
colocará a Marruecos en la cima del panorama futbolístico africano.
Quizás el exceso de
talento foráneo no sea un bien y sí un mal endémico en los últimos años para el
fútbol marroquí. Para ello; el nuevo seleccionador podrá echar mano de
jugadores locales de una liga, el Botola Pro, que crece cada vez más, siendo
una de las mejores del continente. Sus exportaciones así lo muestran; y en el
último año, la marcha de Abderrazak Hamdallah y Youssef Kaddioui ilustran este
potencial local. El primero debe tener continuidad en la selección pues ha dado
rendimiento siempre que se le exigió. De aparición fulgurante en el modesto
Olympic Safi, actualmente es máximo goleador en la Liga Noruega. Con 23 años,
es posible que pronto le veamos en una liga más importante. En el caso de
Kaddioui, ha sido el fútbol catarí el que le ha sacado del país. Jugador de
tres cuartos, técnico y con precisión milimétrica en el golpeo; ha sido uno de
los protegidos de Taoussi durante su mandato.
Nada mejor que la CHAN
para poner a prueba el talento autóctono. Competición preciosa, se trata de una
Copa África al uso, pero con la salvedad de que sólo pueden jugar en ella
jugadores que pertenecen a clubes del continente africano. Contra pronóstico,
Marruecos eliminó a Túnez y estará a comienzos de 2014 en Sudáfrica. Allí
tendrá un buen escaparate para que algunos jugadores presenten su candidatura a
defender la camiseta de la selección “A”, más aún si el nuevo técnico no
consigue solventar los problemas con algunas de las grandes estrellas. Jóvenes defensores como el lateral Noussir,
Mohamed Aberhoun o dos muy buenos centrales como Oulhaj y Chagou; en el centro
del campo Saïdi, Fettah, Bemaamar, Mehdi Namli o el playmaker Aqqal; y en ataque, dos jugadores con tremendo potencial
y cuya presencia en Europa es más que probable: Abdelilah Hafidi (1992),
extremo zurdo que ya estuvo en la CAN, y Zakaria Hadraf (1990), polivalente
(puede jugar en cualquier posición de ataque)
y con mucho menos nombre del que sus últimos años en el Difaa merecen.
Todos ellos están en posición de opositar para una plaza en el nuevo proyecto
de Marruecos y demostrar que no sólo hay potencial en los jugadores
“esparcidos” por toda Europa. Zouhair
Feddal, ex del Espanyol, ha sido el último en abandonar el Botola camino de
Italia tras un gran año en el FUS Rabat.
Los jóvenes Essaiydi,
Adnane Ouardy o Hicham Khaloua, la perla del Almería; vienen pegando fuerte
desde abajo. Marruecos tuvo un buen pasado; tenía un presente aún mejor que no
consiguió explotar; y tiene un futuro que quizás supere el talento de estos
últimos años. Sin duda; no debemos olvidarnos de su presencia pese a que las
grandes citas no hayan disfrutado del talento marroquí desde hace unos cuantos
años. Pongamos el contador a cero para una nueva Marruecos.