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martes, 15 de febrero de 2011

Boutahar se convierte en el mejor fichaje de invierno

Llegó al Zaragoza con el mercado de fichajes de verano cerrado y gracias a que estaba en paro

Quien iba a decir hace unos meses que Said Boutahar se iba a convertir en un hombre clave en el resurgir del Zaragoza. El holandés, que dio el gol a Braulio en el último partido en Alicante, debutó con el conjunto maño en el partido ante el Racing en El Sardinero y casi una vuelta después es uno de los futbolistas más importantes y queridos por la afición, que ven en él a un jugador que aporta algo diferente al equipo.

Boutahar llegó al Zaragoza cuando el mercado de fichajes de verano ya se había cerrado pero como est
aba en el paro podía fichar por cualquier equipo en el momento que fuera. Los directivos zaragocistas se fijaron en él y decidieron traerlo a la capital del Ebro. El centrocampista llevaba sin jugar desde mayo, mes en que había terminado la liga holandesa con el Willem II y no había sido renovado. Curiosamente, su ex equipo, sin Boutahar esta temporada, es el colista con sólo una victoria y ocho puntos, teniendo, de esta forma, muy complicada la salvación. El anterior técnico zaragocista, José Aurelio Gay, apenas le dio oportunidades a Boutahar, que parecía abocado a jugar los minutos de la basura o a quedarse en el banquillo sin vestirse de corto. Donde más jugó fue en el trofeo 'Carlos Lapetra' y en la vuelta de la Copa contra el Betis.

En el 'Ciudad de Zaragoza' marcó un gol y ante el Betis regaló un tanto a Jarosik. Sin embargo, la llegada de Javier Aguirre lo cambió todo, no de inmediato pero sí a medio plazo. De hecho, en los primeros siete partidos con el mexicano al mando, el holandés sólo había jugado unos minutos en Almería y, obviamente, era el jugador de campo con menos tiempo en un terreno de juego. Ahora ese 'honor' le corresponde a Pinter. La humillación sufrida en Cornellá hizo que Aguirre se diera cuenta de que algo tenía que hacer y puso sus ojos en Boutahar. Frente al Levante apostó por él de titular por primera vez pero la intensa niebla y la inactividad pesaron en el juego del futbolista tulipán, que aún así dejó destellos de calidad.

La mejora se vio ante el Deportivo, donde repitió titularidad. En ese choque, además, se estrenó como goleador tras una falta botada, su especialidad, que pegó en la barrera y engañó al portero. Después llegaría el duelo en Málaga. Ahí salió desde el banquillo y le sirvió una pelota de gol a Sinama, que no aprovechó. Su confirmación como jugador indispensable en este Zaragoza se vio en los dos últimos partidos. Ante el Racing volvió a mojar, siendo uno de los mejores y el pasado domingo contra el Hércules, donde debutó como titular fuera de casa, le puso en bandeja el gol a Braulio, que sólo tuvo que peinar. Además, pudo marcar, regateó, siguió asistiendo, manejó el juego con sentido y demostró que físicamente está cada vez mejor. Su zurda es un guante y Aguirre sabe que con él en el campo la salvación está más cerca.



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